Acabo de terminar de leer La Cresta de Ilión de Cristina Rivera Garza.
Ayer en la noche llegué a casa de mis suegros, en la Montaña, me interné en la biblioteca alejandrina del padre de Novia, encontré un libro de bordes negros que me llamó la atención, y decidí sólo leer la primera oración. Veintitantas horas después, llego a la última, impresionado. Hace tiempo que no leía algo que me dejara tan…tan silente, porque eso es lo que crea la novela: silencio.
No sé si recomendarla por miedo de sonar como publicista; mas, de eso se trata el texto también, del miedo. Miedo a que me digas que me conoces de cuando fui árbol, o que me observes la pelvis y me digas que soy mujer.
sábado, septiembre 29, 2007
La Cresta de Ilion
Suscribirse a:
Entradas (Atom)