martes, septiembre 28, 2010

"¿Qué pasó, mamá? ¿Por qué huímos?", preguntó Bambi, y ella respondió, "Hombre está en el bosque".

Nomás me adentro en el bosque y se me subraya lo de extranjero, a pesar del pasaporte. Al costado de mi auto, un celaje vetusto se detiene, así, de golpe, justo antes del impacto. Freno. Las neumáticos chillan.

Es un venado, digo, en inglés.

It's a deer, dice ella, como desmintiendo mi asombro.

La criatura es pequeña. Sus ojos gruesos y hondos. Parpadeo y se hace ida. Parpadeo y se une a la manada imaginaria que años de televisión engrendraron en mis cesos.

lunes, septiembre 27, 2010

diferenciación, dice Benítez-Rojo

Para empezar no hay ninguna forma cultural pura, ni siquiera las religiosas. La cultura es un discurso, un lenguaje, y como tal no tiene principio ni fin y siempre está en transformación, ya que busca constantemente la manera de significar lo que no alcanza a significar. Es verdad que al ser comparado con otros discursos de importancia—el político, el económico, el social—, el discurso cultural es el que más se resiste al cambio. Su deseo intrínseco, puede decirse, es uno de conservación, puesto que está ligado al deseo ancestral de los grupos humanos de diferenciarse lo más posibles unos de otros.

La isla que se repite, Antonio Benítez Rojo

domingo, septiembre 26, 2010

otoño

Así, como un mandato. Los teleprompters dicen ‘se acabó el verano’, y al día siguiente, esto (el cielo hecho ceniza y esta lluvia fría).

Bienvenido al otoño, me dice una amiga en un mensaje de texto. Se le olvida que llegué hace ya un año, que ya un año atrás me tropecé con eso a lo que le llaman temporadas. De todos modos, abrí las ventanas, la puerta de al frente (por fin tengo una puerta roja), apagué el acondicionador de aire, y salí al balcón. La piel se me apretó. Tenía frío.

Volví a la casa, ahogada en esa tierna lobreguez de día lluvioso.

Bienvenido al otoño, me repetí.

martes, septiembre 21, 2010

algo se rompió aquí, dice Fuentes

…y Lorenzo, al romper el caparazón rosado de los langostinos y agradecer la rebanada de limón que le pasan los Pescadores, te preguntará si nunca piensas en lo que hay del otro lado del mar, porque él cree que la tierra se parece toda, que sólo el mar es distinto. Tú le dirás que hay islas. Lorenzo dirá que en el mar pasan tantas cosas, que es como si tuviéramos que ser más grandes, más completos cuando vivimos en el mar. Y tú sólo quisieras, al recostarte sobre la arena y escuchar la vihuela jarocha de los pescadores, sólo quisieras explicarle que los años pasados, hace cuarenta, algo se rompió aquí, para que algo comenzara o para que algo, aún más nuevo, no empezara jamás.
de La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes

lunes, septiembre 06, 2010

the emotional factor of conviction, dixit Freud

It may be asked whether and how far I am myself convinced of the truth of the hypotheses that have been set out in these pages. My answer would be that I am not convinced myself and that I do not seek to persuade other people to believe in them. Or, more precisely, that I do not know how far I believe in them. There is no reason as it seems to me, why the emotional factor of conviction should enter into this question at all. It is surely possible to throw oneself into a line of thought and to follow it wherever it leads out of simple scientific curiosity, or, if the reader prefers, as an advocatus diaboli, who is not on that account himself sold to the devil.

Beyond the Pleasure Principle, Sigmund Freud (tal cual me lo leyó A.)

sábado, septiembre 04, 2010

addendum

¿Fue Rilke que dijo que la única patria del hombre es su infancia?