Nomás me adentro en el bosque y se me subraya lo de extranjero, a pesar del pasaporte. Al costado de mi auto, un celaje vetusto se detiene, así, de golpe, justo antes del impacto. Freno. Las neumáticos chillan.
Es un venado, digo, en inglés.
It's a deer, dice ella, como desmintiendo mi asombro.
La criatura es pequeña. Sus ojos gruesos y hondos. Parpadeo y se hace ida. Parpadeo y se une a la manada imaginaria que años de televisión engrendraron en mis cesos.
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