Todos los días oímos frases de este tenor: cuando Fulano se
exalta es ‘irreconocible’, se ‘vuelve otra persona’. Nuestro nombre ampara
también a un extraño, del que nada sabemos excepto que es nosotros mismos. El
hombre es temporalidad y cambio y la ‘otredad’ constituye su manera propia de
ser. El hombre se realiza o cumple cuando se hace otro. Al hacerse otro se
recobra, reconquista su ser original, anterior a la caída o despeño en el
mundo, anterior a la escisión en yo y ‘otro’.
Octavio Paz, en El arco y la lira (1956)
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