miércoles, abril 15, 2015

el escritor y el repertorio, dixit aira

En términos generales, es inevitable que un escritor se haga un repertorio de temas y palabras (que son en buena medida lo mismo) y que éstos vuelvan una y otra vez, en distintas configuraciones. La combinatoria no se opone al anhelo de novedad, de invención, sino que es la regla que lo mueve. Para el artista, toda la innovación está en volver a crear sentido; y en que sea siempre otro sentido a aprtir de los mismos elementos, no de otros. Si se permitiera a sí mismo la introducción de elementos distintos, correría peligro la construcción de su mito personal y entraría en un diletantismo o en la mera producción de obras e arte para consumo del público. (Por supuesto que la diferencia, lo distinto, lo nuevo, lo inesperado, pueden ser también elementos que entran en la combinatoria.....) [...] Aquí tocamos la definición misma del arte: es la configuración de los elementos la que hacen arte, no los elementos en sí. La forma, no el contenido. En realidad, es este mecanismo de combinatoria el que produce la repartición forma/contenido.

Quizás aquí, como en tantos otros puntos, habría que tomar en cuenta la diferencia entre el escritor que empieza a escribir y el que sigue escribiendo. Los elementos que constituyen la combinatoria en cuya recurrencia el escritor encuentra el modo de persistir, aparecieron una primera vez, la vez de la invención. Ese momento, 'la invención del contenido', es único, no se repite. La obra está hecha desde el comienzo. La repetición perfecta, por más que se busque toda la vida, es imposible: la combinatoria, el juego de la forma, toma su lugar. Claro que la forma va creando su propio contenido, y así es como el escritor revive a lo largo de toda su vida su origen: su vida es su mito de origen.



César Aira, Alejandra Pizarnik (1998)


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