Él no quiere llorar pero ha estado esperando toda la noche porque su padre llegue . Comienza a desesperarse hasta el punto que ya ni el super nintendo le consuela la ansiedad que le causa haber regresado del aeropuerto sin él. La ansiedad que le causa que su madre no haya dicho ni jota en todo el viaje de regreso. A diferencia de cuando iban de camino, que no paraba de hablar y de comentar que de seguro su esposo le traería algo a él y a ella, porque era un hombre bueno y detallista. Que raro, que raro que no se haya bajado del avión, que raro que no haya llamado, debió haberse afeitado la barba, debió haberse vestido bien como mami le había dicho en más de una ocasión, qué iba a decir ahora en la escuela, luego de estar todo el día echándomelas por los juguetes que me traería papi, por eso uno nunca dice nada, eso es echarle mal de ojo a algo, abuela me lo tiene dicho desde antes, me pasa por bocón, mala mía, mala mía, ay dios, dónde estará, debió haber llamado ya, qué habrá pasado, raro, raro está eso, papi siempre llama, papi siempre llama, y si no lo hace mami siempre entra al cuarto y me dice algo, algo que me calma, algo que me arranca la asfixia y me deja dormir, pero nada, nadita, me dan ganas de morderme las uñas, morderme los dedos, como hacía antes, santo, que raro, raro, dónde rayos estará, qué hago en lo que llega, por qué mami no dice nada…
[Nota: el niño se queda esperando, y su padre no llega ni ese día, ni el próximo, ni el próximo. Si el pedazo de cuento tomara lugar en otro lugar, se podría decir que se trata de un desaparecido, pero no lo es, no lo desaparecen, simplemente desaparece. Y ya, dejándole ese hueco de espera en carne viva al niño, que luego es adolescente, y luego hombre, hasta ser viejo, y esperar todos los días por una respuesta que no llegará. Como en la vida real.]
2 comentarios:
tremendo! muy bueno!
tortuoso. culpa de orfeo que el niño esté anclado al hueco. la malancolía es un agujero sin fondo...que suelte los amarres, como dice willy.
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