En general no me gusta hacer frases redondas. Quiero que quede un sesgo de duda o de sospecha. Es una técnica que descubrí al leer la literatura del siglo XVI, luego la picaresca española, los romances. No completar, dejar deliberadamente trunca la frase; por eso uso tan seguido los dos puntos. Es una figura retórica que se llama aposiopesis. No es muy usada porque se demanda comprensión: sujeto, verbo y complemento. Hay mucha conciencia en lo que escribo. A veces los lectores se complican, pero quien acepta mis convenciones se va de corrido. El problema es hacer ese pacto.
dijo Sada en una entrevista.
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