Escúchame,
alma mía, aunque sea al ce por be
Que las
palabras nombren nuevamente
todo aquello
que irradia porque escuece
Que atisben
para siempre en lo inaudito
y a la
postre lo absuelvan
Ya veremos
qué pasa
--Daniel Sada, "Opúsculo número 30", El amor es cobrizo.
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