1.
Desde hace un año, casi dos, he estado leyendo al escritor nativo-americano Sherman Alexie, a quien descubrí a través de Norma, que, por su parte, lo descubrió a través de la profesora del Departamento de Inglés Diane Accaria. Leí sus cuentos, su novela Flight, y, hace algunos meses, mientras en Utuado, comencé a leer una antología de su poesía—sólo había leído algunos poemas a través del Internet, anteriormente—llamada First Indian on the Moon, que me golpeó de sorpresa, que me tomó de los brazos, me amarró a un poste y me obligó a tragármela.
Se podría calificar su poesía de étnica, porque lo es, de cierto modo. Tan étnico como puede ser una poesía que habla de todo sin salirse de ese mundo desconocido que es la reservación Spokane en los Estados Unidos. Supongo que también se le podría llamar glocal, ese término tan popular con el que se embiste para hablar de la globalización, de hacer un producto global, sin desaferrarse de lo local, o algo por el estilo. Porque eso es lo que hace el señor Alexie, nacido en el 1966. Habla de todo, habla del desencanto de las generaciones jóvenes, habla del encajamiento de las generaciones todas, habla del malestar de la cultura de los nativos americanos, de las diarreas de la cultura estadounidense, y, sin querer hacerlo, habla tanto de la situación cultural puertorriqueña—claro, simplemente hay que reemplazar las localidades mencionadas por unas isleñas, cambiar a sus héroes de guerra por los nuestros, y listo.
2.
Un elemento que tiene en común con otros poetas que me gustan es que muchos de sus poemas suelen abandonar los excesos para hablar en una forma casi prosaica. Sus riquísimas imágenes, dichas de una forma casi sin adornos, se van mezclando con pedazos de noticias, con gruesos párrafos de información que de alguna forma endurecen y enriquecen los pocos ‘versos’.
No suelo escribir poesía, porque no le encuentro la vuelta, y sin embargo, desde hace algún tiempo he estado jugando a traducirla. Y, de mis primeros juegos, los más que me gustaron fueron los que logré con Sherman, porque casi siempre se puede traducir sin perder lo duro del poema.
Dos de estas traducciones aparecieron esta madrugada en Derivas. Donde, desde principio del 2009, se han estado publicando traducciones al español de distintos poetas, la mayoría de las cuales están excelentes. Pueden encontrar joyas desde William Carlos Williams hasta Jack Kerouac (de quién Margarita Pintado tradujo Bowery Blues, uno de mis poemas favoritos del individuo, y logra conservar el flor del original). Los invito a darse la vuelta, a leerlos, a comentarlos—siempre comenten. El link, para los que no pulsaron arriba, es http://derivas.net.
3.
Les dejo aquí, en inglés, uno de los poemas que subieron a Derivas:
Desde hace un año, casi dos, he estado leyendo al escritor nativo-americano Sherman Alexie, a quien descubrí a través de Norma, que, por su parte, lo descubrió a través de la profesora del Departamento de Inglés Diane Accaria. Leí sus cuentos, su novela Flight, y, hace algunos meses, mientras en Utuado, comencé a leer una antología de su poesía—sólo había leído algunos poemas a través del Internet, anteriormente—llamada First Indian on the Moon, que me golpeó de sorpresa, que me tomó de los brazos, me amarró a un poste y me obligó a tragármela.
Se podría calificar su poesía de étnica, porque lo es, de cierto modo. Tan étnico como puede ser una poesía que habla de todo sin salirse de ese mundo desconocido que es la reservación Spokane en los Estados Unidos. Supongo que también se le podría llamar glocal, ese término tan popular con el que se embiste para hablar de la globalización, de hacer un producto global, sin desaferrarse de lo local, o algo por el estilo. Porque eso es lo que hace el señor Alexie, nacido en el 1966. Habla de todo, habla del desencanto de las generaciones jóvenes, habla del encajamiento de las generaciones todas, habla del malestar de la cultura de los nativos americanos, de las diarreas de la cultura estadounidense, y, sin querer hacerlo, habla tanto de la situación cultural puertorriqueña—claro, simplemente hay que reemplazar las localidades mencionadas por unas isleñas, cambiar a sus héroes de guerra por los nuestros, y listo.
2.
Un elemento que tiene en común con otros poetas que me gustan es que muchos de sus poemas suelen abandonar los excesos para hablar en una forma casi prosaica. Sus riquísimas imágenes, dichas de una forma casi sin adornos, se van mezclando con pedazos de noticias, con gruesos párrafos de información que de alguna forma endurecen y enriquecen los pocos ‘versos’.
No suelo escribir poesía, porque no le encuentro la vuelta, y sin embargo, desde hace algún tiempo he estado jugando a traducirla. Y, de mis primeros juegos, los más que me gustaron fueron los que logré con Sherman, porque casi siempre se puede traducir sin perder lo duro del poema.
Dos de estas traducciones aparecieron esta madrugada en Derivas. Donde, desde principio del 2009, se han estado publicando traducciones al español de distintos poetas, la mayoría de las cuales están excelentes. Pueden encontrar joyas desde William Carlos Williams hasta Jack Kerouac (de quién Margarita Pintado tradujo Bowery Blues, uno de mis poemas favoritos del individuo, y logra conservar el flor del original). Los invito a darse la vuelta, a leerlos, a comentarlos—siempre comenten. El link, para los que no pulsaron arriba, es http://derivas.net.
3.
Les dejo aquí, en inglés, uno de los poemas que subieron a Derivas:
Poverty of Mirrors
You wake these mornings alone and nothing
can be forgiven; you drink the last
swallow of warm beer from the can
beside the bed, tell the stranger sleeping
on the floor to go home. It's too easy
to be no one with nothing to do, only
slightly worried about the light bill
more concerned with how dark day gets.
You walk alone on moist pavement wondering
what color rain is in the country.
Does the world out there revolve around rooms
without doors or windows? Centering the mirror
you found in the trash, walls seem closer
and you can never find the right way
out, so you open the fridge again
for a beer, find only rancid milk and drink it
whole. This all tastes too familar.
2 comentarios:
Fíjate*, todavía no sé quién, más de los dos, me gusta:
si Sherman el poeta o el cuentista. Tampoco es como si hubiese una diferencia (not really). La poesía de él que hasta ahora he leído funciona casi como micro ficción.
***Paja mental.
God bless Diane Accaria for "spreading the love". Cogí Literatura Americana el primer semestre de mi primer añito de universidad, y quedé enviciada con los nativos (y por ende, con Alexie).
Thanks for blogging about him. It makes me happy when I actually know what you're writing about. :-D
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