jueves, abril 23, 2009

_____, un cuento

Él no quiere llorar pero ha estado esperando toda la noche porque su padre llegue . Comienza a desesperarse hasta el punto que ya ni el super nintendo le consuela la ansiedad que le causa haber regresado del aeropuerto sin él. La ansiedad que le causa que su madre no haya dicho ni jota en todo el viaje de regreso. A diferencia de cuando iban de camino, que no paraba de hablar y de comentar que de seguro su esposo le traería algo a él y a ella, porque era un hombre bueno y detallista. Que raro, que raro que no se haya bajado del avión, que raro que no haya llamado, debió haberse afeitado la barba, debió haberse vestido bien como mami le había dicho en más de una ocasión, qué iba a decir ahora en la escuela, luego de estar todo el día echándomelas por los juguetes que me traería papi, por eso uno nunca dice nada, eso es echarle mal de ojo a algo, abuela me lo tiene dicho desde antes, me pasa por bocón, mala mía, mala mía, ay dios, dónde estará, debió haber llamado ya, qué habrá pasado, raro, raro está eso, papi siempre llama, papi siempre llama, y si no lo hace mami siempre entra al cuarto y me dice algo, algo que me calma, algo que me arranca la asfixia y me deja dormir, pero nada, nadita, me dan ganas de morderme las uñas, morderme los dedos, como hacía antes, santo, que raro, raro, dónde rayos estará, qué hago en lo que llega, por qué mami no dice nada…

[Nota: el niño se queda esperando, y su padre no llega ni ese día, ni el próximo, ni el próximo. Si el pedazo de cuento tomara lugar en otro lugar, se podría decir que se trata de un desaparecido, pero no lo es, no lo desaparecen, simplemente desaparece. Y ya, dejándole ese hueco de espera en carne viva al niño, que luego es adolescente, y luego hombre, hasta ser viejo, y esperar todos los días por una respuesta que no llegará. Como en la vida real.]

miércoles, abril 22, 2009

poema a los veinte años, de abreu

1.
Anteriormente he comentado que me agrada y gusta el trabajo de Manuel Abreu Adorno ('55-'84). Hasta el momento he leído sus trabajos en prosa y alguna de su poesía, sentado en alguna librería, ojeando una vieja edición del poemario El sonido de lo innombrable y otros poemas que aún queda apretado en los anaqueles, pero que no he podido comprar por no coincidir a un nivel monetario. Tiene algo, el individuo, de 'este lado del siglo veinte', que no tiene la mayoría de la prosa de la centuria pasada.
2.
Todo esto para poner dos poemas que arranqué/tomé prestado del blog transversartefacta de Mara Pastor. Me gusta la idea de Mara de ritos que se descubren por si mismos, de poemas que nos saltan en días específicos. Sin más preambulos, la entrada de Mara, y al final, los dos poemas. La entrada original pueden leerla aquí, pero de todos modos la pongo acá:

martes, abril 21, 2009

Leía en "Poesiaoi: antolojía de la sospecha" (1978), edición de Joserramón Melendes, los poemas de Manuel Abreu (San Juan 1955 –París, 1984). Sus textos más conocidos son No todas las suecas son rubias(ICP, novela), o "LLegaron los hippies" (1978). Hoy, 21 de abril, era su natalicio, y no lo leía por esta razón, aunque a veces los ritos se descubren solos. Aquí "Poema a los veinte años" (1975):


domingo, abril 19, 2009

engine work, un poema de morri creech

1.
Hace algún tiempo Samuel me prestó el poemario de Morri Creech Paper Cathedrals(Kent State University, 2001). Poco está decir que me parece uno de los mejores poetas contémporaneos que he leído. Aunque admito que mi conocimiento de los poetas vivos gringos no es tan extenso como la de Sam. De todos modos, hay algo en Creech que me gusta, mucho.
2.
Desde hace aún más tiempo, he tomado el hobby de traducir poetas gringos y canadienses. Era un hobby de closet, algo que hacía por diversión propia, hasta que aparecieron algunos en la versión de transversa de Derivas. No sé por qué lo hago. Quizás para calmar las ganas de escribirpoesía que me vienen de vez en cuando, y a las que cedo de mil en cien, pero que controlo mientras puedo. Por lo cual, luego de leer las catedrales de papel de Creech de principio a fin como por tres veces, traduje algunos de sus poemas, aunque aquí sólo pondré Engine Work: Variations, porque la versión en inglés está disponible por la red, y así el lector puede jugar a leer ambas. El título quedó como Trabajo de Motores: Variaciones, bastante literal, ¿no?
3.
La versión original (en inglés) la pueden leer presionando aquí. Para más información de Creech presionen acá. Y, antes de dejar mi traducción, aclaro que la palabra scüpernongs, escrita igual en inglés y español, es una uva blanca que se da en el sur de los Estados Unidos. También se le llaman scadines. Y no podía simplemente cambiarlas por uvas blancas ya que cambiaría la posibilidad de nombrar cosas que tan importante es para el poema. Con eso, mi traducción:



Trabajo de Motores: Variaciones

I.
Mañana de junio. El sol parpadea a través de los pinos.
Arrendajos azules bromean y discuten, posados en un poste de la verja
Detrás del patio de mi abuelo. Sus motores destripados
Estorban el césped. Y dondequiera, el sabor
De scüppernongs recién caídos de la vid,
Tan agrios que jurarías que la mente ha trazado
Una vereda a través del matorral, que jurarías que el pasado
Se aclara otra vez, tomado del polvo hecho pedazos—.

II.
O es tarde—en septiembre—y la sombra
Más gruesa de lo que recuerdo: esos cardenales,
Pinzones o ruiseñores aún sin hacer
Un sonido en toda la tarde, aunque la fruta madura se ruboriza
En la vid, o la rama—o zarza. Así el entrecortado
Borde del recuerdo se enreda lentamente
Lejos, hacia la nada, hasta que se ha perdido ese lugar
Donde el corazón conoce su objeto y es conocido.

III.
De acuerdo. Para no comenzar con esos pinos encendidos,
Esos scüppernongs, o los arrendajos posados en las ramas
De eucaliptos—no, de robles, creo. ¿Con qué, entonces?
¿Con mi abuelo aguantando el par de apriete
O el trinquete? ¿El áspero ronquido de algún viejo motor
Antes de que comience o no—un pinzón de casa,
Cantando o en silencio? El lenguaje—también, parece equivocado.
Aún así es todo lo que tengo. Abuelo. Scüppernongs.

IV.
Fijarlo en algún momento, palabra por palabra,
Ese hombre que me enseñó de engranes y cilindros, sudor
Precisión de maquinaria—el riguroso
Amor de ensamblar cosas:
Conozco el calor
Todo el verano colgando como un lienzo ligero donde los pistones disparaban
Y el niño que era observaba en la cruda luz del sol.
Aceite derramado arcoirisaba en la cacerola hueca.
Un cantar de aves, quizás; una fruta en una enrejada enredadera...

V.
Imposible no cambiar las cosas, mover las palabras
De aquí a allá. Es tarde ya. Nada está quieto—
Ni el sonido del motor ni el cantar de una lejana ave
La mente canta verdadera. ¿Qué versión del mundo
Debería yo creer? Esta mañana en el patio
Scüppernongs colgando y endulzando. Las ramas del pino ceden
Algún fragmento del cantar del arrendajo azul, un sonido
El aire resonante se repite pero no logra reparar.

lunes, abril 06, 2009

de momento, ballad of the absent mare

1.
Entre los discos de Leonard Cohen tengo mis preferidos, y tengo aquellos que apenas escucho. Hasta esta madrugada, cuando guiaba de Utuado a Río Piedras, con el sol insistiendo escalar por el este y cegarme, le di una oportunidad a uno de los silenciados, Recent Songs, del 1979. Recordaba algunas canciones, podía cantarlas para mantenerme despierto; con otras, meramente podía seguirle el ritmo con un murmuro mal sincronizado. Norma dormía en el asiento del pasajero. Una señora en un Audi me hizo un corte de pastelillo y una canción me captó la atención, por una línea que apenas escuché. La puse desde el comienzo, nuevamente, para intentar seguirle la línea a lo cantado, y cuando concluyó, volví a repetirla. De Cohen no sólo me agrada su tosca voz oscura, sino que son sus letras mi mayor afición, como he comentado aquí anteriormente. Ballad of the Absent Mare, se llama la canción que me hizo reconsiderar el disco completo, que me lo arrancó del olvido y lo mantuvo presente en mi cabeza todo el dichoso día.
2.
No sé dónde escuché que, al igual que libros, hay canciones y discos que uno sólo aprecia cuando nos tropezamos con ellos en el momento indicado. Hay palabras que suenan mejor en tardes específicas, canciones que vibran mucho más claro, novelas como Woman in the Dunes de Kobo Abé que realmente te sacuden cuando son leídas en un apartamento sin aire acondicionado, con un abanico disfuncional y un calor de 90 fahrenheit, en una tarde riopiedrense en la que todo el mundo ha regresado a sus respectivos hogares.
3.
Ballad of the Absent Mare es una de esas canciones. Recent Songs es uno de esos discos. No sé qué específicamente es lo que toma esta decisión, qué factores se involucran en el juego, qué cosa me llevó a copiar, hace casi un año, uno de los únicos discos que no me gustaban de Cohen al ipod de Norma para que una mañana como hoy, buscando algo que me captara la atención y ahuyentara el sueño, lo reconsiderara. Al fin y al cabo, no importa. ¿Por qué debería? El hecho es que ahí está, ahí estuvo.
4.
Harto de preámbulos, la letra de la canción:
"Ballad Of The Absent Mare"

Say a prayer for the cowboy
His mare's run away
And he'll walk til he finds her
His darling, his stray
but the river's in flood
and the roads are awash
and the bridges break up
in the panic of loss.
And there's nothing to follow
There's nowhere to go
She's gone like the summer
gone like the snow
And the crickets are breaking
his heart with their song
as the day caves in
and the night is all wrong
Did he dream, was it she
who went galloping past
and bent down the fern
broke open the grass
and printed the mud with
the iron and the gold
that he nailed to her feet
when he was the lord

And although she goes grazing
a minute away
he tracks her all night
he tracks her all day
Oh blind to her presence
except to compare
his injury here
with her punishment there

Then at home on a branch
in the highest tree
a songbird sings out
so suddenly
Ah the sun is warm
and the soft winds ride
on the willow trees
by the river side

Oh the world is sweet
the world is wide
and she's there where
the light and the darkness divide
and the steam's coming off her
she's huge and she's shy
and she steps on the moon
when she paws at the sky

And she comes to his hand
but she's not really tame
She longs to be lost
he longs for the same
and she'll bolt and she'll plunge
through the first open pass
to roll and to feed
in the sweet mountain grass

Or she'll make a break
for the high plateau
where there's nothing above
and there's nothing below
and it's time for the burden
it's time for the whip
Will she walk through the flame
Can he shoot from the hip

So he binds himself
to the galloping mare
and she binds herself
to the rider there
and there is no space
but there's left and right
and there is no time
but there's day and night

And he leans on her neck
and he whispers low
"Whither thou goest
I will go"
And they turn as one
and they head for the plain
No need for the whip
Ah, no need for the rein

Now the clasp of this union
who fastens it tight?
Who snaps it asunder
the very next night
Some say the rider
Some say the mare
Or that love's like the smoke
beyond all repair

But my darling says
"Leonard, just let it go by
That old silhouette
on the great western sky"
So I pick out a tune
and they move right along
and they're gone like the smoke
and they're gone like this song

miércoles, abril 01, 2009

ikari, o el dolor de los demás

1.
Si algo, más allá de toda su propuesta metafísica y psicoanalítica,Neon Genesis Evangelion es un estudio de la soledad, de la imposibilidad de relacionarnos, de alcanzar, comprender y alivianar el dolor de los demás, casi come diría Sontag.
2.
Regresé a este anime, luego de muchos años, porque se lo recomendé a un compañero, y me dio curiosidad por revivir aquel fardo de emociones que me causó cuando me tropecé con él por primera vez, siendo apenas un adolescente. Sigue igual, descubro. Igual de pertinente.
3.
Todos los personajes están aislados en si mismos, como si flotasen dentro de una cápsula que está depositada en el centro de un cuerpo ajeno, como si éste no fuese más que una armadura, una cárcel. Como si sus cuerpos fuesen los EVAs (robots gigantes que conducen) y la sincronización entre mandato y acción fuese nula.
El más evidentemente aprisionado es Shinji, el protagonista. A quien todos intentan alcanzar, con el que intentan comunicarse de una manera u otra, siempre fracasando, siempre chocando contra el descubrimiento de que la única forma de tender puentes es ordenándoselo. Que la única habilidad de la que éste goza es el acatar. Siguiendo órdenes hasta las más simples, las más domésticas, evade la responsabilidad (entiéndase, el dolor).
Mas, no es el único. Poco a poco, mientras progresan los veintiséis episodios que las conforman, con docenas de minutos apenas animados (con el acenso de la serie, desciende la cantidad de frames por segundo por cuestiones de presupuesto) invertidos en niños quejándose, en autorreflexiones, en recuerdos humillantes, vamos cayendo en cuenta de que todos están igual de solos. Las vestiduras se van rasgando, con cada episodio se arranca una capa de algún personaje, se le espetan las garras salvajemente y se escudriñan sus más íntimas viseras, dejándonos un cuerpo desnudo, un brazo completamente humano, un EVA vivo. Todos intentando despojarse de la historia, del pasado, que es el amplificador de la soledad, que es el peso insoportable; dando los últimos aletazos para poder seguir adelante, para poder dar la última batalla.
4.
Es el aspecto humano de la serie lo que la hace increíble. Esa necesidad de alcanzar al prójimo. De poder por lo menos posar las yemas de los dedos sobre un hombro y saber que lo que se toca es a un igual. O, por lo menos, la añoranza de éste tipo de experiencia, de este tipo de contacto.