José Clemente Orozco, Retarguardia. |
Da alguito de aire tropezarse con enunciaciones similares a las de uno, a las de cómo uno piensa su propia posición en cuanto a lo que escribe, y esa escritura en cuanto al campo literario (imaginario) hacia y dentro del cual la proyecta. En todo caso se trata de una posición movediza, pero aun así la considero una posición que aun no logro poder enunciar con claridad (quizás eso mismo sea el obstáculo, la claridad). De eso consta, supongo, la condición de escritor primerizo. Especialmente, cuando uno decide ocupar tal posición en el momento mismo de sentarse a escribir; o sea, escribir como si nunca hubiese salido nada con su nombre, escribir con total descuido de ese racimo de ideas que insinúan algún tipo de sedimentación: "un estilo", "la obra completa", "novelista", etc. Quizás por eso una idea como la del rearguard, la retaguardia o retroguardia, me parece tan atractiva; quizás por la habilidad que le veo en cuanto a evitar la pulsión autodestructiva del constante quiebre, o de la innovación eterna, etc....
La idea la encuentro en el artículo de Duchesne Winter, a quien he estado leyendo quizás demasiado últimamente, Literary Communism, a manifesto of the rearguard.
La idea la encuentro en el artículo de Duchesne Winter, a quien he estado leyendo quizás demasiado últimamente, Literary Communism, a manifesto of the rearguard.
Todo esto como introducción a la cita, supongo.
There is really no lack of vanguard stances in the history of Latin American and Caribbean letters, at least in the Spanish speaking area. What we have missed is an enduring rearguard. Even in the military sense of the metaphor, we can say that most guerrilla movements in Latin America were really drawn back by the lack of a strategic rearguard. The rearguard is often underestimated; there is a supposition that it involves less drama and less heroism. But it can be argued that the rearguard is the heart of resistance. It is the space of relative autonomy where a new sense of community can be built, it is also a refuge from traumatic exposure to violence, a place for convalescence and creativity, and more than anything, it is an out-of-place, an outer-nationa location where the multitude can gather in order to launch its utopia-in-resistance. The maroon Palenque or clandestine community in resistance is a concrete paradigm of the rearguard. In literary terms, the rearguard heeds the rumor of resistance, it interprets, it translates it, entertains dialogues, takes care, and builds a legacy. It does not lead the struggle, it does not point the way. Rearguard activity is not necessarily a synonym nor an antonym of militancy or activism.
Juan Duchesne Winter, Literary Communism, a manifiesto for the rearguard. Journal of Latin American Cultural Studies, vol. 19, no.3. Diciembre 2010, pp. 225-236.
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