sábado, diciembre 01, 2012

a universal right to private property, dixit Levinson



Capitalism thus guarantees the universal right to private property by proferring to each ' individual' nothing: lack. The individual accesses this lack, in turn, not by gaining material ownership but by seizing on a symbolic propety, an identity or name tag to fill in the hole. Having been provided the gift of nothing by capitalism, consumers pay off their debts by freely entering into the phallic order that controls them. Distinct and separate subject or power positions, symbolic appropriations of market territory, of freedom, therefore proliferate endlessly and sit side by side--but, since each is self/determined, they need not relate. There is no call for anything resembling an intervention or even a (political? ethical? moral?) relation. The relations of production reproduce themselves because no demand, desire, or need to replace current relations. The situation ' as it is,' through misrecognition, appears to grant all to all: a political Subject whole unto itslef.

Market and Thought, de Brett Levinson

martes, noviembre 27, 2012

el nombre "independencia", una columna


Acá cuelgo mi columna de mañana, de la sección Buscapié de El Nuevo Día, 28 de noviembre del 2012. El link original lo podrán encontrar cliqueando aquí, una vez salga.



El nombre "independencia" [Saldrá en el periódico como 'Nuestra entelequia']

Independencia  refiere al horizonte moral de la gramática política puertorriqueña. Independencia figura como la Meca en los tiempos antes de Muhammad, un edificio polisémico dentro del cual residen todas las demandas éticas y políticas, tanto liberales como marxistas, tanto democráticas como socialistas. Independencia es la línea que marca el comienzo de la política y, como tal, no necesita de mayores indagaciones, de mayores propuestas. Sólo varía el discurso con respecto al medio, al vehículo para llegar a esa raya.

Independencia, en los referéndums de estatus, queda como un recordatorio, como trasnominación de una lucha histórica, como trazo de ese horizonte futuro, de ese podemos ser de otro modo. A diferencia de las otras dos opciones, que siempre son modificaciones al estatus actuallas ampliaciones soberanistas al ELA como pequeñas alteraciones; la estadidad como evolución—“independencia anida como promesa abierta, como claraboya de futuro; como invitación al juego, a la literariedad.

Con la dilapidación de los movimientos liberacionistas de las primeras cinco décadas de la historia política de nuestra isla, para bien o para mal, nos quedó, en el atalaya que vela por el horizonte, el Partido Independentista Puertorriqueño. Un partido que referéndum tras referéndum ha construido plataforma tras plataforma sobre las migajas semánticas (y moralistas) de la palabra en cuestión, pero que nunca se ha preocupado por esbozar lo que reside al otro lado. Si el PIP desease ser algo más que la tiendita que mantienen las grandes empresas para sostener la falacia de competitividad, y cuya franquicia comienza a ser amenazada por nuevos partidos que minan su discurso ético, es imperativo que se atreva a visualizar ese futuro, y que invierta su tiempo entre cuatrienios, además de en la recolección de firmas, en elaborar, promover, y no sólo explotar, esta visión.

Como habrá dicho, acertando, una escritora descartable a la que se le ha prestado demasiada atención, la independencia puertorriqueña es una entelequia. Pero, independencia es y será siempre el nombre de nuestra entelequia, la entelequia de un siglo que va tirando para sus ciento quince años y no promete terminar. 

¿no son los amantes siempre inocentes?, pregunta greene


I became aware that our love was doomed; love had turned into a love affair with a beginning and an end. I could name the very moment when it had begun, and one day I knew I should be able to name the final hour. When she left the house I couldn't settle to work. I would reconstruct what we had said to each other; I would fan myself into anger or remorse. And all the time I knew I was forcing the pace. I was pushing, pushing the only thing I loved out of my life. As long as I could make believe that love lasted I was happy; I think I was even good to live with, and so love did last. But if love had to die, I wanted it to die quickly. It was as though our love were a small creature caught in a trap and bleeding to death; I had to shut my eyes and wring its neck.
"Esta es, pues,  una historia mucho más de odio que de amor", dice el protagonista de la novela de Greene, El fin de la aventura, cuyo título suena terrible en español. Digamos, pues, The end of the affair. De hecho, esa linea suena también mejor en inglés, "So this is a record of hate far more than love...", ¿promesa de un buen título? "Un registro del odio". No sé. Me gusta.  He estado escuchando el audio-libro, leído por Colin Firth. Desde hace tiempo, desde leer Lo anterior de Rivera Garza, le tenía unas ganas terrible. Y ya: escuchándolo me descubro embobado con su cuidadosa exploración del celo y la culpa católica y burguesa de un trivial affair en las ruinas de la posguerra. Ando aun en los primeros capítulos. Pero ahí dejo dos citas, para darle algo de calor al blog. 
It isn't. when you come to think of it a quite respectable trade, the detection of the innocent, for aren't lovers nearly always innocent? They have committed no crime, they are certain in their own minds that they have done no wrong, 'as long as no one but myself is hurt', the old tag is ready on their lips, and love, of course, excuses everything -- so they believe and so I used to believe in the days when I loved. 


miércoles, octubre 24, 2012

"are you sure?", una columna

Acá cuelgo mi columna de este mes de la sección Buscapié de El Nuevo Día, 24 de octubre del 2012. El link original lo pueden encontrar acá.


En dos semanas votaré por un presidente.

Cuando estaba en la elemental, una maestra insistió que un presidente era aquel mandatario con el poder de disponer de un ejército. Eso siempre se me quedó. Cada vez que aprendía el nombre de un político, me hacía la pregunta. Mientras más lejos se encontrasen de la medida bélica, menos los estimaba. Cuando Willy ganó la alcaldía, descubrí que había sido general y el niño en mí se acordó de la maestra.
Siento justos, la ‘misi’ no lo hizo por belicosa. Lo hizo porque no entendíamos cuál era la diferencia entre Bush I y Hernández Colón. Igualmente tuvo que explicarnos, aunque no recuerdo, que la guardia nacional no era eso tal cual. Lo que sí recuerdo fue la aclaración de que el Ejército Puertorriqueño era otra cosa y que no debíamos preocuparnos por ello.

Era una escuela de populares. Por eso se complicó la cuestión al intentar explicar que sí éramos un país pero que nuestro gobernador no era un presidente. Igual, la cuestión de cómo era que el nuestro no era como los otros gobernadores, porque nuestro gobernador gobernaba un país.

Volviendo a su prueba presidencial, la misis explicó que cuando los padres de la nación estadounidense decidieron crear la institución ejecutiva se formó sendo revolú por el temor a una posible dictadura. El punto, dijo la misi, es que eventualmente decidieron que un presidente ejercería por cuatro años, firmaría acuerdos, y dispondría del ejército, aunque no podría declarar la guerra. De ahí la escala de poder que nos heredó.

Acordándome de esto, le digo al niño que fui que pronto votaré por alguien que dispondrá de un ejército. Cuando se lo comento a mis vecinos acá en Georgia, con alguna emoción de por fin ser parte oficial del intercambio de violencias que hace historia, siempre preguntan, confundidos, que cómo es que yo puedo votar. Le explico lo del gobernador que no es lo mismo que un gobernador porque el nuestro no gobierna un estado sino un país, etc.…pero me rindo a mitad. Les digo que no importa, que no se preocupen por ello. Siempre titubean, me miran como si supieran algo que yo no, e insisten: “Are you sure?”

jueves, octubre 18, 2012

"hispanic", una columna

Acá cuelgo mi columna del mes pasado de la sección Buscapié de El Nuevo Día, 25 de septiembre del 2012. El link original lo pueden encontrar acá.


El caso es que todos lo quieren, esa cosa ambivalente a la que acá le llaman el “hispanic vote”. Es tan deseable que hacen lo que sea posible para obtenerla, ponen a hablar a quien sea, se anuncian donde sea y van a la estación que sea. Garantizarlo, estar seguro que voten de equis o ye manera, es un tipo de santo grial, un shot de placer y victoria directito al glande electoral.

El mes pasado, en las convenciones nacionales, los dos partidos trajeron a sus muñequitos y los peinaron y los maquillaron y los pusieron en la tarima y les dijeron que dijeran cualquier cosa. Cualquier cosa excepto aquello que se distanciara de lo que se espera que muñequitos de esa cultura digan. Orgullos patrios, nuestro gobernadorcito republicano y nuestra primera damita rubia sonaron idénticos al alcaldecito demócrata de San Antonio (claro, con una que otra divergencia). Idénticos a pesar de que los primeros son el contrario de lo que el votante americano promedio imagina cuando dice “hispanic vote”, y que el segundo tiene un largo historial familiar de militancia chicana en el país. Los guionistas quitaron cualquier mancha esclarecedora que amenazase con que se cruzara la rayita en tiza que separa el ‘diversity’ del ‘difference’. No sólo tocó a los hispanics, of course; pues todas las minorías allí estaban obligatoriamente atadas al “minority-speak”. Esa habla espectacular en la que todo suena a narrativa genérica de inmigración y superación. No importa ni un chililín si lo que sale de entre esos jugosos labios parpadeantes sea la mera verdad o no; esto se trata de “authenticity”, y por ello damos un millón de amigos y sus mamitas.

El partido del elefantito rojo le tiene tantas y tantas ganas que está dispuesto a obligar al amor carnal a hacerse platónico. Están dispuestos a reprimirse, por el bien común. Por ello comienzan a establecer políticas electorales de identificación dignas del más estricto aeropuerto. Políticas que según informes recientes le dificultarán el voto a 10 millones de ciudadanos hispanos. Mientras, pronuncian lo que haya que pronunciar y sonríen junto a quien haya que sonreír y se toman fotos junto a quien diga lo que ellos quieren que diga. Whatever it takes.

sábado, septiembre 29, 2012

rulfo decía "¡cuente!", elizondo "¡busque!", recordaba Sada.

Por esa epoca, justo en los años 70, abundaban los libros de teoría literaria. Era común enterarse de la existencia de jóvenes escritores que casi no habían leído novelas pero sí una excesiva carga de teoría literaria. Rulfo me dijo alguna vez que echara a la basura todos los libros teóricos, ya que ese material estaba destinado a los autores que carecían de imaginación. “La imaginación resuelve todo y usted la tiene, más de lo que supone”, me dijo. Sin embargo, las recomendaciones de Elizondo eran harto distintas: me decía que el arte es conocimiento, exploración, búsqueda y que siempre había más preguntas que respuestas. El impulso que me daba Rulfo era: “¡cuente!, ¡cuente!, ¡cuente!, ya que sólo así saldrá a la luz todo lo teórico que usted trae dentro”. Mientras, Elizondo, me decía: “¡busque!, ¡busque!, ¡busque!”. Para mí los dos puntos de vista de mis maestros eran importantes y los hice propios: el arte no es una aclaración, sino una preservación del enigma. Cuando llegué a esta verdad me sentía un rey o un perico en alfombra. Me sentía privilegiado al tener dos escritores tan capitales en la literatura castellana como Rulfo y Elizondo: el primero, un clásico el segundo, un vanguardista. Aquello no podía ser poca cosa para mí.
Dijo Daniel Sada, en El escritor lampante, retratando esas dos pulsiones tan clásicas, esas dos vías que dan a lo literario; siempre chocando, la una con la otra. Las largas duraciones de los aciertos románticos, ¿no? 

sobre la mano invisible del mundo del libro


A pesar de que la entiendo, esta fijación de los escritores de que los (re)conozcan transnacionalmente suele perder de perspectiva que realmente ellos no conocen la narrativa (ese borroso monstruo total) de otros países. Digo, conocen aquello que les llega. Aquellos escritores publicados por editoriales grandes o editoriales independientes con distribución amplia. Pero no aquellos que son publicados por casas pequeñas en lugares grandes como México o Argentina digamos, o pequeños como Uruguay, o Paraguay (de seguro hay escritores allá), como las que nos publican acá, o inclusive en ramas de las grandes editoriales que no distribuyen más allá de su específico recinto. Recuerden el caso de Alfaguara en Puerto Rico, que sólo enviaba uno que otro ejemplar a las otras ramas, a ver si estas se interesaban en publicarlo. Y aun cuando conseguimos reeditar en otros países, se sigue tratando de núcleos bastante específicos, de ediciones que están limitadas a fronteras nacionales. Sigo pensando que es trabajo (y responsabilidad) del escritor buscar y hacer contactos en otros países, expandir sus redes; mientras más, mejor. Pero aun así, no debe ser esto el mayor criterio de juicio. Al mismo tiempo, nada alegra más que un buen autor local (Luis Negrón, por ejemplo) consiga guisos en Costa Rica, o Estados Unidos. Bueno, el punto es que hoy en día se publica mucho más que nunca, y al igual que nunca, los libros que consiguen atención fuera de sus lindes nacionales son los menos--y, la mayor parte de las veces, queda anónimo el trabajo del mismo escritor o de algún fiel lector que se fajó para conseguir esa ampliación del radio de distribución de equis libro. Supongo que eso es lo que quiero decir: que no hay una mano invisible dirigiendo el actual mercado editorial. Que detrás de todos los mitos románticos (el super premio editorial, el místico agente literario), el mundo del libro está tan fracturado como siempre lo ha estado, en donde las cosas más interesantes suceden fuera de los lindes de las cuatro o cinco empresas transnacionales (aunque a veces estas lo pegan).



domingo, septiembre 23, 2012

‎Everyone must leave something behind when he dies, my grandfather said. A child or a book or a painting or a house or a wall built or a pair of shoes made. Or a garden planted. Something your hand touched some way so your soul has somewhere to go when you die, and when people look at that tree or that flower you planted, you're there. It doesn't matter what you do, he said, so as long as you change something from the way it was before you touched it into something that's like you after you take your hands away.

 Ray Bradbury, Fahrenheit 451

martes, septiembre 18, 2012

de alguna manera ése y muchos otros eran el último día, scripsit cortazar

No me contestó, tenía los ojos perdidos en una manchita rosada de la sábana, pero claro que me estaba contestando, ahí no había cortes en las escenas, no era necesario nombrar a Francine, para qué, el silencio era un estallido de claridad, no habría otro día, de alguna manera ése y muchos otros eran el último día aunque siguiéramos despertándonos juntos y jugando y besándonos, repetición ceremonial que inmoviliza el tiempo, el primer beso en el pelo, los dedos en la espalda, la inútil tregua delicada, el primer mate.
Julio Cortazar, El libro de Manuel

fenomenología del miope

Estoy seguro que hay o debe haber una fenomenología del miope, del espejuelado, del anteojado desde niñez; y que esta gira en torno al no fijarse en el vidrio para poder ver, para evitar el mareo; en ignorar el a través, olvidar la condición misma de la vista; en hacerle caso omiso a los bordes borrascoso que enmarcan el mundo; en el mundo como pantalla, como monitor; en la dificultad de explicar cómo ver a través de una ventana, o observar una videograbación no es tan diferente al cotidiano. El punto de todo esto es que mi taza de café se ve bien: es grande y verde y está hasta el tope; pero más importante es que huele bien, que sabe bien. Sí, tiene que ver con el café nomás

sábado, septiembre 15, 2012

jueves, septiembre 13, 2012

nuestro nombre ampara un extraño, dixit paz


Todos los días oímos frases de este tenor: cuando Fulano se exalta es ‘irreconocible’, se ‘vuelve otra persona’. Nuestro nombre ampara también a un extraño, del que nada sabemos excepto que es nosotros mismos. El hombre es temporalidad y cambio y la ‘otredad’ constituye su manera propia de ser. El hombre se realiza o cumple cuando se hace otro. Al hacerse otro se recobra, reconquista su ser original, anterior a la caída o despeño en el mundo, anterior a la escisión en yo y ‘otro’.

Octavio Paz, en El arco y la lira (1956)

domingo, agosto 26, 2012

on why theoretically savvy love always becomes stupid love, dice la Ronell

You said whaaaat?
Love signals the ‘permission granted’ status of shared stupidity, a descent into the bestial abandon of an ecstatic language. As sheer surrender, loves opens the channels for the imbecilic effusions of being-with. Laws legislating social intelligence and sense-making operations are suspended for the duration of language-making scenes of love. This could also mean that you have to get real down and prodigiously stupid to fall for love, or that stupidity is a repressed ground of human affectivity that only love has the power to license and unleash*.

Stupidity, Avita Ronell


*Igual de estúpido que citar a alguien para decir que el amor es siempre estúpido.  Senda tontería. Pero esta señora me da gracia.

eve, the first western scientist, dixit la Ronell

¿Qué se le habrá perdido?, preguntaría mi difunta abuela.
Eve is evil because she wants to know, she wants to investigate, and yet she is shown to have made a stupid mistake for which we are still paying. Her stupidity resided in her need to know, which has been depreciated into mere curiosity. Eve was the first knowledge seeker; her need to know exposed her as stupid because what she did not know or understand was the prohibition placed on knowing by her husband and his maker. Eve, for her part, knew she was barefoot and ignorant—but it would have been even smarter not to let on that she knew or saw the limit. She discovered and named the limit; she experienced the limited, even at home base in paradise. Sher was always already Madame Bovaryy thethered to Charles, the man.

Revealing the audacious and necessary transgression inherent in knowing, Eve would not play stupid, displaying an unwillingness or incapacity (a stupid mistake) for which she has been definitely punished. Indeed, if you are not willing to play stupid, you are making incredible deals with the devil.

de Stupidity,  Avita Ronell (jugando con Nietzsche)

martes, agosto 21, 2012

gestos, una columna

Acá cuelgo mi columna del día de hoy de la sección Buscapié de El Nuevo Día, 21 de agosto del 2012. El link original lo pueden encontrar acá.

Pancarta para una producción alemana de "Un virtuoso del hambre" / "Un artista del hambre" de Franz Kafka. 
Un cuerpo enflaquecido, con las costillas asomándose a través de una finísima capa de lo que se figura piel, los ojos entornados, ocupando un espacio público en ayuno político: digamos que en huelga de hambre. Un grupo de personas en plena caminata, enjutos en silencio; una pancarta. Una extensa yarda de tela de equis color con equis diseño aleteando en lo alto de un asta, en plena ráfaga. Una viga de madera cruzada en la parte superior por otra viga paralela.

A la yarda de tela le llamamos bandera, a las vigas, cruz, e igual nos persignamos ante ambas. Un breve índice de actos u objetos, nos dirían, cuya validez recae en el no significar por ellos mismos. El cuerpo del ayunador político, a diferencia del artista del hambre kafkiano, no hace hincapié en su ser cuerpo, sino en algo que recae fuera de sí. El grupo de personas no marchan para que un público sea capaz de percatarse de que el marchar entra en las actividades humanas.

Todas estas son ecuaciones simbólicas, como a las que se refería correctamente Alejandro García Padilla cuando afirmó que un voto por los partidos minoritarios sería siempre ya simbólico.

Las mismas ecuaciones siguen en juego cuando se dice que una cantidad equis de reglas “constituye” a un país; o que alguien (un gobernador, una legisladora) representa a un pueblo o a una comunidad; o, inclusive, decir que las palmas y las pavas sirven para otra cosa que para echarse sombra. En fin, la política como el esparcimiento de los símbolos.
Eso sí, ya habrá dicho alguien, también, que cuando un símbolo se instala como representante de sí mismo deviene en ídolo: mera imagen o semblanza sin sustancia.

Un ejemplo, de la manga, sería el propio AGP, que frente a una tarima ni goza de profundidad ni refiere a mucho más que a sí mismo; una cara que solía ser bonita, y ya. Aunque quizás ahora comienza a hacerse estandarte de la imberbe ñoñería politiquera de siempre.

Insisto: en su difusa candidatura política, AGP por fin la pegó en algo: los votos a las minorías serán siempre ya simbólicos.

Precisamente.

lunes, agosto 20, 2012

de coaliciones, columna

Acá cuelgo mi columna del mes de julio de este año, que había olvidado colgarla. El link original acá.



 Ante el toma y dame electoral que ha sido la política puertorriqueña por el pasado medio siglo, hace falta el surgimiento de una coalición que ofrezca una verdadera opción en las papeletas.

Una coalición compuesta por todos aquellos grupos políticos que se han mantenido al margen, y los partidos que aparecen cada cierto tiempo, prometedores pero efímeros.

Una coalición que aúne a sus seguidores, de las capacidades y las bondades de las grandes mentes políticas que tienen en sus rangos. Así, grupos de larga data con una base de apoyo presente, aunque dispersa, como lo son esos pertenecientes a los múltiples y frondosos brazos de la izquierda, podrían comenzar a figurar en un plano político práctico que viene necesitando de su intervención real desde hace tiempo.

Dado: el un-dos-tres-pescao colorao de todos los cuatrienios no es la única forma de hacer política. De hecho, quizás que lo menos se hace en los escenarios de las alcaldías y legislaturas es la política, entendida como ejercicio democrático por el bien común. Parecería que todo lo contrario.

También entiendo que hay otras políticas, más productivas y reales, que son llevadas a cabo en la calle, en el trabajo social de ciudadanos que no están casados con ningún partido.

Una coalición política no significaría el fin de desencuentros, de la crítica. Jamás de la crítica. Las complacencias -todas ellas, incluyendo la comemierdería de la izquierda rezagada- son las panaceas por la que apuestan estos dos consensos insípidos que cada vez parecen más intocables: la alternancia populo-penepeísta y el desencanto chic e irresponsable de la mercadotecnia.

No obstante, una opción real cada noviembre, una que englobe diferencias, podría ayudar a dar un espaldarazo a ese otro trabajo político antes mencionado, y quizás así crear una grieta en este cinturón de fuerza en el que nos hemos metido.

Lo que se necesita es probar la posibilidad de otra cosa. Y, tal vez por eso de la esperanza, se me hace que la única forma de hacer esto es mediante convenios, alianzas que, brevemente, jueguen al abandono de los egos, de las ínfulas proceristas, a eso del bien común.

lunes, julio 30, 2012

la red, una columna

Acá cuelgo mi columna del mes de junio de este año, que había olvidado colgarla. El link original acá. 
Construcción del primer cable transatlántico del telégrafo, en 1839.

Mientras más avanza la tecnología que nos da acceso a Internet, más parece tomar las cualidades de lo natural, de lo obvio, del “it goes without saying” que rige estos tiempos del consenso neoliberal.

Raramente visualizamos cómo funciona la Red, cómo todos nuestros secretos electrónicos se hacen sonidos y ondas al salir de nuestras computadoras, antes de transformarse en números y luces.

Pocas veces nos detenemos a pensar en el viaje cotidiano de nuestros afectos digitales; en ese trayecto soterrado compuesto de millas y millas de fibras ópticas que nos conectan a los centros de los proveedores de Internet. Fibras que, de allí, lanzan toda nuestra vida virtual por esos tejidos de cables submarinos y subterráneos que cada vez más y más mundializan el planeta.

Mucho menos pensamos en lo que yace detrás de la mal llamada “nube informática”, del “cloud”: centros de datos alojados en edificios con dueños que insisten en mantener su anonimato, títulos de propiedad radicados en jurisprudencias específicas.

Me parece importante hacer hincapié en ello, por más simple que parezca: el Internet es una cosa, con mayúscula y tornillos. Y ya habrá dicho algún pensador alemán, o algún trovador, que aquello que más tenemos a la mano es lo que más esquivo se hace al pensamiento. También es aquello que más exige ser pensado.

Es la omisión de esta materialidad lo que le falta a la mayoría de los debates relacionados con la libertad de información en la Red, con el acceso a Internet como derecho humano, etcétera. Aun hoy, sus profetas y pregoneros hablan del mundo virtual como si de un “wild west” futurista se tratase, como un espacio de emancipación universal, separado del mundo, donde se alcanzará la libertadora opción del “like” y del “status update”.

Si vamos a integrarnos progresivamente, si vamos a insistir, penosos y nuevos Marinettis, que el futuro de las guerras y revoluciones, las relaciones y las artes, los empleos y servicios públicos yace en ese mundo virtual[1], lo menos que podemos hacer es aprender la dura aritmética de su funcionamiento.

Acaso sea éste, pues, uno de nuestros deberes.


[1] Y yo insisto que no. Que el futuro de las guerras y las revoluciones, los empleos y los servicios, las relaciones y las artes aun tiene que ver con los cuerpos, con las carnes que ocupan espacios concretos, a pesar de que parezca de otro modo.

viernes, junio 22, 2012

the last great literary movement of the west, dixit levinson


From its inception as an institution in modernity, literature has been thus the cultural agent of either revolution or conservation, or of both. It comes to a close, however, when we can no longer discriminate between the two. When we cannot distinguish ‘literature as intervention’ from ‘literature as conservation,’ when aesthetic innovation, revolt, disturbance, and difference represent entrances into the market, into the Same itself, literature ceases both to sustain and disrupt the social dichotomies upon which the globe banks and thus concludes its modern function. I do not mean to suggest that literature now never plays these foundational roles. Rather, it does not enjoy any privileged right to those functions, and must compete for them with other forms. This is what we face today, the closure of literature. And this is why the Latin American Boom should be understood as the last great literary movement of the west and as the expression and thematization of the end of that movement.

The Ends of Literature: The Latin American 'boom' in the Neoliberal Marketplace de Brett Levinson. 

sábado, junio 09, 2012

the topos called the market, dixit Levinson


Because it [the nihilism of the market, of neoliberal consensus], first, adopts the signifier and representation, thus mutability and diversity as its ground, and, second, distinguishes these from the signified, immobility, imposition, and unity—because it demands that intellectuals, like shoppers, choose from the signs before them, assume their proper place in the order of representation, thereby support unawares a market arrangement whatever discourse or idea they select—because of all this, the linguistic turn tends to ‘sweep right by’ saying as the counter to the ‘it goes without saying’ of consensual postdemocracy. Our concern for language, to repeat, lies here: in saying this topos which runs most efficiently without any saying, indeed, which makes all saying increasingly difficult or scarce even as it creates avenues for more and more voices—to wit, the topos called ‘the market’.

Market and Thought:
 Meditations on the Political and Biopolitical, de Brett Levinson.

viernes, mayo 25, 2012

we graft the other onto us, says bazzicalupo

This is crucial. Neither biology nor anthropology can sketch the essence of the before the constitutive relationship with what is outside, to that which opens to our animality or vitality as "opening" and "feeling". It is aesthesis: the active reactivity or receptive-transformative passivity that depends on that which is other from the self. To the extent that it is dependent (and therefore removed from a divinely created and inauthentic mode of being), the human draws mimetic forms. It is therefore technique; it is art as artifice [see Bazzicalupo]. This implies a rethinking of identity as constitutively not insular: as metisse, as hybrid, and paradoxically as always cyborg. Our capacities for life are [our] capacities for artifice, for putting ourselves in relation to that which is other from us: the human is not a given, but that which can be modified. We graft the other onto us inasmuch as we are capable of assimilating and metabolizing it. By virtue of this, the corporeal doesn't dissolve into the virtual or the technological, because body and life represent an active passivity, the mnestic and selective features of that creative assimilation.
Laura Bazzicalupo, "The ambivalence of biopolitics".
 diacritics, Volume 36, Number 2, Summer 2006  

jueves, mayo 10, 2012

do you dream often, they asked, their faces the shape of dehydrated tortoises

Goya, Disparate número dos
They came up and they asked, do you dream often? And I said, of course I don't, even if I was precisely asleep at that moment. They shook their heads, and started walking away, dismissing me completely, dismissing me like a three-legged cat is dismissed on a black sabbath. What could I have done, if not just run after them, call out their names, which I didn't know yet, and yell, cry, plea for them to give me one more opportunity. I wouldn't lie this time around, I sniffled apologetically, but they wouldn't give me the time of day, the time of night, they wouldn't give me time, period, and that's what I needed, because I could hear the alarm clock's bray on the other side of the placenta, and I was suddenly certain, positive, genuinely and indisputably confident, like you can only be in the subjunctive of dreams, that what they had to say carried a truth, no, the truth of that singular instant. When they finally stopped, and turned around, with faces the shape of dehydrated tortoises, they uttered--in a language so mine that it escaped me completely--a whisper (can a whisper be uttered?), and I realized that that was it, that that was all there was, stepped back, let myself fall, fall on my ass, fall on my body, fall awake: calm, so calm, so placid and serene. My bed was so soft. The fan was going about its rounds. The upstairs neighbor was stomping her feet.

A song. What was that song?

miércoles, mayo 09, 2012

why this body, this world, asks nancy

Why is there this thing, sight, rather than sight blended with hearing? And woult id make any sense to discuss such a blend? In what sense? Why this sight, which doesn't see infrared? This hearing, which doesn't hear ultrasound? Why should every sense have a treshold, and why are senses walled off from each other? Further still: aren't senses separate universes? Or else the dislocation for every possible universe? What's the disjunction of the senses? And why five fingers? Why that beauty spot? Why this fold at the corner of the lips? That crease, there? That appearance, this gait, that restraint, this excess? Why this body, this world, absolutely and exclusively this one?
--Corpus, Jean Luc Nancy

lunes, mayo 07, 2012

la escalera


La escalera se torció frente a él. Se hizo un espiral, una chorrera, un torbellino hecho de pequeñísimas vorágines ansiosas por consumirlo; y, al otro lado, llovía. Llovía un aguacero frío, aguacero hecho para darle fin al espeso calor que humedecía impregnablemente esas ocho de la noche. Llovía y él en chancletas, y él allí, frente a ese escalón, con todo puesto en su contra, a sus espaldas un espacio cálido, a sus espaldas una opción, un hueco que apuntaba a otra vida, pero insistía en la escalera, y esa insistencia surgía de su piel, no de un supuesto interior, pero sino de una pulsión en su piel que declaraba su existencia por primera vez, y, en su voz neonata le ordenaba a descender, a saltar, a desperdigarse por aquél acantilado, a alimentar el sinnúmero de fauces que esperaban, impávidas, por su banquete, por esa oportunidad de devorar las temporalidades paralelas que surgirían tan pronto él tomase la decisión. Y lo hizo. Dio el paso. Bajó la escalera casi corriendo. Abordó el automóvil.


Por la algarabía de la diluvio, no escuchó la puerta cerrarse detrás de él. 

domingo, mayo 06, 2012

Fotografía de Alvin Ailey, de http://www.blackarchives.org/nove/595

Le pedí a mi padre, le dije, "Padre, cámbiame el nombre, el que estoy usando ahora está embarrado con miedo y sucio y cobardía y bochorno".

Él me dijo, "te encerré en ese cuerpo. Lo hice como un tipo de prueba. Lo puedes usar como un arma, o lo puedes usar para hacer a una mujer sonreir". 


"Entonces, déjame comenzar desde cero", rogué, "déjame comenzar desde el principio, quiero un rostro que sea justo esta vez, quiero un espíritu que esté calmado". 


"Yo nunca miré para el lado," respondió, "Yo nunca les di la espalda. Fuiste tú que construiste el templo. Fuiste tú que cubrió mi rostro". 

[Lover, lover, lover, de Leonard Cohen]


domingo, abril 29, 2012

for a new age of curiosity, dixit Foucault


No, I don't subscribe to the notion of a decadence, of a lack of writers, of the sterility of thought, of a gloomy future lacking in prospects. On the contrary, I believe that there is a plethora. What we are suffering from is not a void but inadequate means for thinking about everything that is happening. There is an overabundance of things to be known: fundamental, terrible, wonderful, funny, insignificant, and crucial at the same time. And there is an enormous curiosity, a need, a desire to know. People are always complaining that the mass media stuff one's head with people. There is a certain misanthropy in this idea. On the contrary, I believe that people react; the more one convinces them, the more they question things. The mind isn't made of soft wax. It's a reactive substance. And the desire to know [savoir] more, and to know it more deeply and to know other things increases as one tries to stuff peoples' heads. If you accept that, and if you add that there's a whole host of people being trained in the universities and elsewhere who could act as intermediaries between this mass of things and this thirst for knowledge, you will soon come to the conclusion that student unemployment is the most absurd thing imaginable. The problem is to multiply the channels, the bridges, the means of information, the radio and television networks, the newspapers. Curiosity is a vice that has been stigmatized in turn by Christianity, by philosophy, and even by a certain conception of science. Curiosity is seen as futility. However, I like the word; it suggests something quite different to me. It evokes "care"; it evokes the care one takes of what exists and what might exist; a sharpened sense of reality, but one that is never immobilized before it; a readiness to find what surrounds us strange and odd; a certain determination to throw off familiar ways of thought and to look at the same things in a different way; a passion for seizing what is happening now and what is disappearing; a lack of respect for the traditional hierarchies of what is important and fundamental.
I dream of a new age of curiosity. We have the technical means; the desire is there; there is an infinity of things to know; the people capable of doing such work exist. So what is our problem? Too little: channels of communication that are too narrow, almost monopolistic, inadequate. We mustn't adopt a protectionist attitude, to stop "bad" information from invading and stifling the "good." Rather, we must increase the possibility for movement backward and forward. This would not lead, as people often fear, to uniformity and leveling-down, but, on the contrary, to the simultaneous existence and differentiation of these various networks.

Michel Foucault, The Masked Philosopher

sábado, abril 28, 2012

fósiles, una columna

Esta columna fue publicada el miércoles pasado, 25 de abril del 2012, en El Nuevo Día, como parte de su sección Buscapié. La coloco aquí a modo de archivo.
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Digamos que hay un plebiscito: uno de verdad, uno con consecuencias. Digamos que el plebiscito tiene dos opciones, dos opciones radicales, dos opciones entendidas como anexión total, o independencia “tout court”. Digamos que una de estas opciones gana.

¿Qué significaría esto? ¿Qué significaría que un país se haga independiente hoy en día, en pleno siglo veintiuno, cuando bajo el baile de la globalización se profesa una supuesta debilitación de las soberanías, una romántica desaparición de los centros de poder (aunque se trate más de un doble proceso de encubrimiento e intensificación de éstos)? 

O, por el otro lado, ¿qué significaría, para unos Estados Unidos en estado de crisis la adquisición de un nuevo integrante, en un momento en el que una derecha libertarianista rasga cada vez más su discurso político, a 53 años de la suma de su único otro archipiélago? ¿Qué consecuencias geopolíticas tendría tal acontecimiento? 

Digamos que no es una pregunta gratuita. Que es un imperativo pensar y renovar los guiones de ambas opciones, guiones que surgen acérrimamente, aquí y allá, sin importar el tema, matizados siempre por la anacronía de sus enunciaciones. 

Digamos que es una forma de llevar la conversación un paso más allá del impasse operante de culparlo todo a la situación colonial, en el que se deposita la solución a cualquier problema en un futuro por venir, de la mano del advenimiento de la opción equis. 

Digamos que para esta especulación hay que volver a reflexionar críticamente (como lo han intentado algunos en los pasillos de las “u-pe-erres”), libre del nacionalismo rancio de tanto los estadistas, los estadolibristas, o los independentistas. Digamos que hay que suspender por un momento la linda división de “izquierdas” y “derechas”. Digamos que pensemos en ello desde el presente, tomando en cuenta las idas, venidas y caídas de un ELA con sarna y los pasados treinta años de política global y regional. Digamos que lo hacemos para librarnos de ellos, perros fosilizados en alguna playa, esperando por el regreso de un guardián del cual ya no recuerdan ni rostro, ni olor. 
No esperes por mí esta noche, dijo Gérard de Nerval, porque la noche será negra y blanca.

domingo, abril 08, 2012

there is nothing to decipher in a body, dixit nancy


To see bodies is not to unveil a mystery; it is seeing what is there to be seen, an image, the crowd of images that the body is, the naked image, stripping areality bare. Images of this kind are foreign to any imagining and any appearance—and any interpretation as well, any deciphering. There is nothing to decipher in a body—except for the fact that the body’s cipher is the body itself, not ciphered, just extended. The sight of bodies does not penetrate anything invisible: it is the accomplice of the visible—of the ostentation and extension that the visible is. Complicity, consent: the one who sees compears with what he sees. That is how they can be discerned, according to the infinitely finite measure of just clarity.

Corpus, Jean-Luc Nancy, translated by Richard A. Rand. 

sábado, marzo 31, 2012

to steal him in defiance of every law, every moral authority, dixit Duras

The tears wake her. She looks at you. She looks at the room. And again at you. She strokes your hand. Asks: Why are you crying? You say it’s for her to say, she’s the one who ought to know.


She answers softly, gently: Because you don’t love. You say that’s it.

She asks you to say it clearly. You say: I don’t love.

She says: Never

You say: Never.

She says: The wish to be about to kill a lover, to keep him for yourself, yourself alone, to take him, steal him in defiance of every law, every moral authority—you don’t know what that is, you’ve never experienced it?

You say: Never.

She looks at you, repeats: A dead man’s a strange thing.

"The malady of death" (1982),  Marguerite Duras

martes, marzo 27, 2012

buensoñar, una columna

Esta es columna aparecerá el próximo miércoles, 28 de marzo, en el Buscapié de El Nuevo Día. La cuelgo aquí.


Buensoñar


Anoche soñé con Fortuño. Estábamos acampando juntos en una playa de Culebra. Él tenía su propia caseta. Bastante grande, bastante azul. La mía era anaranjada y más pequeña. Desperté dentro del sueño porque olía rico. Salí de mi aposento, y me encontré al Gobe cocinando sobre una estufita. Estaba descamisado, su espalda musculosa oscureciéndose bajo el sol. Me ofreció café, me dijo que el desayuno estaría pronto, y siguió absorto en sus labores. “Caramba, que buen tipo. Quién lo diría”, pensé.
Decidí ir al agua para quitarme la arena que había acumulado en las coyunturas.  ¿Qué hacía Fortuño aquí?, me pregunté, aún en el sueño. ¿Cuándo nos hicimos amigos? Ni tan siquiera voté por él, me dije. La idea me asustó. ¿Lo sabría? Quizás estaba confundido, pensé. Quizás estaba aquí bajo la falsa impresión de que yo había marcado una X bajo su nombre, y a fuerza de todas las reglas de la democracia habíamos entrado en una relación de identidad política. Quizás estaba bajo la falsa impresión de que me representaba, que él era yo en cuanto a que actuaba por mí y mis derechos. Su posible confusión me enterneció. Me pareció honesto de su parte. Nadie había hecho esto por mí antes. ¿Era así que se sentía la verdadera democracia representativa, tan parecida a un primer beso? 
Volví a donde esperaba y Fortuño me dijo que me sentara con él a comer. Ocupé su lado, hombro a hombro, un plato con arepas colombianas y huevo frito en nuestras faldas. Mirábamos, en silencio, el despliegue de arena caliente que se estiraba frente a nosotros y que luego se sumergía bajo las olas, y se hacía invisible, pero no por eso menos arena. Le agradecí. Él me dijo que para eso estaba.
Luego desperté, sintiéndome como que la democracia venidera se acercaba.  Me preparé mi propio café, mis propias arepas colombianas. Palpé mi pecho, a ver si sentía el hilo que me unía a mis representantes. Por un segundo lo sentí, y me quise quedar ahí, tan lejos de los periódicos, de los telenoticieros, del desencanto que trae la distinción entre sueño y realidad. 


domingo, marzo 25, 2012

el amargo nombre, tres traducciones de c.k williams


C.K Williams es un poeta violento, pero es un poeta tierno, también. Es una sensibilidad extraña, este tipo de Nueva Jersey. Logra escribir con lo suave que tienen los hombres en el pecho, sin necesidad de remover los pedazos que se han endurecido, que comienzan a hincar. También logra escribir con todo el odio que causa estar sintonizado con su tiempo: su poesía nunca deja de ser política, aun cuando se trata de amantes, o cuando se trata de entrar en esa ecuación a la que le llaman conmiseración. Para mí es uno de esos ejemplos de que la poesía "social", o la poesía "política" no es ajena a la poesía "personal", o del "yo. 

Estos tres poemas que traduzco aquí vienen de su colección I Am the Bitter Name, del 1972. Es su segundo poemario, y marca a un Williams joven y con un asco terrible para la trayectoria bélica de su país. 

A pesar de ser completamente distinto a Oliverio Girondo, me parece que sus obras comparten una cualidad que es díficil pensar como otra cosa que progresiva, en cuanto a que leídas en su totalidad, parecen narrar una línea de fuga siempre consciente de la dirección hacia la cual se fugan. En otras palabras, el Williams de Lies, su primer poemario, ya anticipaba al Williams de Wait, su último poemario hasta la fecha, y aun de las traducciones de Adam Zagajewski que ha hecho. 

Aquí unas traducciones relámpago de sus poemas I Am the BitterName, Innings, y Traerlo a casa, del mismo libro. 
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Yo Soy el Amargo Nombre

Y Abraham le dijo, “¿Y sois, por supuesto,
él a quien llaman Muerte?”
Él respondió, y dijo, “Yo soy el Amargo Nombre”.

los pequeños niños han estado peleando
un tiempo largo largo por su país amado
sus rostros se están endureciendo como la carne
dejados afuera sus cuerpos aplastados completamente
como flores en libros de leyes no caben
con las llaves de la pena eterna ya no más
¿será el mejor juguete siempre la muerte? todo el mundo
llorando en el pelo adormecido inagotable                             
agonía en las tazas oscuras del cráneo
insaciable agonía tus manos chillan
en mi columna vertebral como frenos trancados en
las fosas nasales quebradas tentáculos en la boca
viñas los pequeños soldados juegan
hiriendo los pequeños generales juegan dolor
para siempre afilan cositas ellos ponen
cositas en cositas y las halan fuerte
¿me harías la libertad a mí? en
el pómulo fuego en los labios mi
justicia es olvidar estar aquí mi libertad
es querer odiarlos cómo los envían
a casa en bolsas de helado y son capaces de



Entradas



alguien está pendiente de cuantas veces
yo hago el amor ¿no es así dios no es así?
y de cuan bueno es   diciéndome
está anotado donde yo no lo puedo ver
justo debajo de mí así que la próxima vez
que algo irreal suceda en los periódicos
no lo entiendo no me toca
a mí yo comienzo a pensar
que el corazón de todo el mundo puede ser puro
después de todo porque qué demonios
ellos no me matan a mí sólo entre sí
ellos no intentan realmente hacerme triste
sólo hacen cosas hacen que cosas pasen
sufrir cosas yo estallo
hacia lo femenino como un león ¿no es
así dios? ¿entre palomas? ¿así que aun estar conmigo
es como la belleza? me muevo debajo de este dios
como una puta yo gorgoteo yo ruedo
como un bote de juguetes ¿cuál es la puntuación
ahora dios? ¿estoy ganando?


Traerlo a casa

un cuarto al otro extremo de américa
y la niña en el cuarto con el plástico aplastándole las tetitas
comienzan a colgar ay dios
ella piensa se me van ay dios ay dios
yo haría cualquier cosa por ayudarla
yo tomaría todo su dolor secreto y me lo embestiría si ella me lo permitiese
mi mejor amorcito
es tu alma derritiéndolo
es el fuego en ti

yo recuerdo el fuego
en todo el mundo
niños frotando dos palos juntos tan orgullosos de sí mismos
casas incendiándose en combustión espontánea o alguien usando
                su encendedor
y la niña encerrada en la parte de atrás aun tocándose su cuerpo asustado
(tu también mi mejor amorcito)
y calderas hombres con sudor picado desde ellos
rostros cocinados, asados, ahumados mientras hacen cosas para nosotros

y en américa
en sus tetitas los dos fuegos
como dioses los dos fuegos sin llamas
y su voz esta llama naciendo saliendo desde mi garganta
que dice JÓDETE NO ME IMPORTA
que dice POR EL CULO A USTEDES TAMBIÉN MARICONES EXTRAÑOS
mi mejor amorcito mi mejor amorcito


sábado, marzo 24, 2012

¿Qué tiene el desastre? ¿Qué tiene el desastre que posibilita tanto? ¿Será su cualidad de interrupción, de emergencia siniestra, de disparo del vacío? ¿Por qué es en el desastre--el asesinato de un muchacho de quince años, la catástrofe natural, la devastación xenofóbica--que encontramos el surgimiento de la comunidad, o la posibilidad de lo político? 

miércoles, marzo 14, 2012


Ese viejo placer riopedrense de caminar en semiembriaguez a las dos a.m, traducido a otro espacio, otro idioma, otro contexto y un frío hijo de puta, pero embaucando el mismo silencio, llegando al mismo ajeno lugar.