martes, febrero 09, 2010

café maltiempo

1.
Todas las mañanas me compro una taza de café. Un vaso de cartón construido a partir de 10% de fibra reciclada post-consumidor. Casi nunca la termino.
Es un nuevo desarrollo. Antes, rara la vez lo hacía.
2.
Al salir a caminar hacia el trabajo esta mañana, el cielo estaba tan gris que comprendí algo que una amiga me dijo hacía muchos años, por internet. Eso fue lo que me dije: comprendo a Sara ahora y sentí que había cruzado un largo trecho.
Por más que intento, no puedo precisar qué es lo que comprendo.
3.
Esta semana se cumplen seis meses exactamente. Ya el idioma ha pasado de la pantalla plateada al diario vivir. A veces, cuando estoy con hispanoparlantes, me descubro hablando en inglés. Nos pasa a todos. Tenemos que hacer un esfuerzo consciente para alternar.
Algunas madrugadas, sin embargo, apenas puedo hablar. Las palabras me salen magulladas, como si alguna bacteria las hiciese cóncavas mucho antes de alcanzar mi garganta.
4.
Dos sueños.
En uno me levanto en mi habitación y puedo jurar que la casa se incendia, que el humo es tan espeso que se maculan mis pulmones. Me despierto sólo para descubrir la ventanilla del heating atacándome con su calentura artificial—moví la cama de lugar esta semana, la costumbre tarda en anidar.
El segundo es recurrente y anterior, por lo cual debería ser el primero. Es un elevador que cae. En ocasiones, estoy solo. Me aguanto de la barrilla niquelada y espero por el golpe, que nunca llega. En otras instancias estoy con desconocidos. Siempre los mismos, siempre extraños. Lo que cambia siempre es el elevador. Hay noches que es de vidrio y veo el paisaje del paracaidista malogrado, en otras es inmenso y espacioso, como los de la biblioteca Woodruff, pocas veces es pequeño y claustrofóbico, como el de aquél apartamento en el que vivía Sally y Astrid, y en el que, una vez hace mucho tiempo, nos quedamos encajados JL, Rubén, Sally, y no sé quién más. Recuerdo que lo abrimos y escalamos el pie y medio que nos faltaba para llegar.
5.
Comienzo a notar esta cosa que llaman clima.
El domingo hizo sol, tras algunos días de lluvia y maltiempo. Las calles estaban repletas de gente caminando. Como en día de fiesta.
6.
La motivación merma.
7.
¿Qué más fuerte que Nina Simone, en noches como la de ayer? ¿Qué más fuerte que Cosmos, de Nicholas Payton, del primer soundtrack de Cowboy Bebop—una de las pocas piezas que no son de los Seatbelts?
8.
Todas las mañanas olvido el café por un rato. Termino bebiéndomelo frío.

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