viernes, marzo 06, 2009

islas en el fin del mundo, dice Lalo.

El habitante de las islas vive en un mundo tapiado por el océano. Depende de medios costos, complejos y costosos para realizar cualquier desplazamiento. No se trata aquí de tomar un auto o uyn tren. Nadie aplaudiría en este caso. El fin del mundo queda muy lejos en las islas, en gran medida, porque ellas constituyen ya un fin del mundo. El vuelo es siempre un hecho extraordinario y el aterrizaje posee incluso la dimensión estética (y, además, agradecida) de la performance. Es ésta la performance del regreso, fue éste el evento del cruce de los mares.
p. 73, Los países invisibles, Eduardo Lalo. [Las negritas las añadí yo].

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