jueves, septiembre 13, 2012

nuestro nombre ampara un extraño, dixit paz


Todos los días oímos frases de este tenor: cuando Fulano se exalta es ‘irreconocible’, se ‘vuelve otra persona’. Nuestro nombre ampara también a un extraño, del que nada sabemos excepto que es nosotros mismos. El hombre es temporalidad y cambio y la ‘otredad’ constituye su manera propia de ser. El hombre se realiza o cumple cuando se hace otro. Al hacerse otro se recobra, reconquista su ser original, anterior a la caída o despeño en el mundo, anterior a la escisión en yo y ‘otro’.

Octavio Paz, en El arco y la lira (1956)

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